De memoria
Fidel y el Peje…
Carlos Ferreyra Carrasco.
Estoy convencido de que Fidel Castro está en espera de un momento adecuado para venir a jalar de las patas a quienes lo difaman comparándolo con el aspirante presidencial morenista.
Y peor castigo le impondrá a los que afirman que el cubano es la inspiración para el tabasqueño.
No le parece inocencia o ignorancia sino mala fe y siente que su vida, que marcó caminos en muchas formas y significó una ruptura del poder absoluto del imperialismo, está siendo seriamente difamada.
El problema es que desde donde se encuentra gozando del reposo del guerrero, no puede demandar ni exigir rectificaciones ni tampoco compensaciones por haber sido lesionada su fama, su buen nombre, su honor…
(Con este párrafo esperemos la andanada de los lectores de las agencias gringas y sus voceros como la Yoanni y otros más. Sin argumentos pero reproduciendo acríticamente o acéfalamente lo que “saben” aunque muchos ni siquiera estuvieron en la isla, pero un señor que acaba de llegar, le dijo a la cuñada de un conocido de su vecino, que… y así al infinito).
Mientras el hombre de Macuspana, o del rancho en Palenque (La Chingada, dicen que se nombra), anuncia la manutención gratis de todos los chavos desocupados que no desempleados (siete millones, aseguran cifras oficiales) a los que asignará tres mil pesos mensuales sin reclamar nada a cambio, Fidel como su hazaña más memorable fue obligar a trabajar a todo el que quería comer.
Si, con racionamiento porque antes lo que muchos consumían en exceso, ahora había que repartir lo mejor posible. El desperdicio se fue a conocer el rancho del Peje. Y todos los vagos que en Cuba eran emblema, fueron sistemáticamente llevados al campo para que aprendieran la sentencia bíblica: ganaras el pan con el sudor de tu frente.
Y para que aprendieran a trabajar, si no trabajabas no había “carnet” o credencial de racionamiento. Allí, si tenias madre consentidora repartía contigo su muy magra ración, pero eso también dependía de la clase de mal nacido que fueses.
Pongo este simple ejemplo que puede ampliarse hasta donde se quiera, para intentar echar abajo la tontería de que Fidel Castro es fuente de inspiración ideológica Pejeana, y que cancelará garantías tan preciadas como la güeva fecunda y creadora, deporte de los llamados “ninis” que son por cierto uno de los principales apoyos para don AMLO.
Aclaró: lo aquí asentado lo viví, no me lo platicó el conocido del señor que acaba de llegar, etcétera. Como técnico extranjero, nada más porque quede entendido, mi familia y yo tuvimos más restricciones especialmente en lo alimentario. Con franqueza los cubanos decían: en el momento que quieras podrás volver a tu país, nosotros nos quedamos por convicción, entonces es justo que tengamos un poco más de lo que se entrega a los extranjeros que solidariamente vienen a compartir nuestros sacrificios.
Con toda la razón del mundo. Lo que no aceptarán los que ahora infaman a Fidel diciéndole inspiración para los morenistas tepeyanacos.

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