domingo, 28 de enero de 2018

#Opinión

CORTOS

Por Alejandra Ortiz Ochoa



¿Realmente son insuficientes los recursos destinados al Hospital General Raymundo Abarca Alarcón? No lo creo. Así como tampoco creo que los médicos de ese nosocomio, anunciado como la octava maravilla en su momento, por el defenestrado Angel Aguirre, estén hablando con la verdad…No hay que generalizar, no todos los médicos y enfermeras son buenos, ni todos malos. Hay algunos que son peores…Y miren que escribo con los pelos de la burra en la mano, me consta que hay elementos como el “doctor” Rafael Calderón Alarcón, que son la escoria de la medicina…A él le debo una mala cirugía en la que acabó perforándome el intestino; una pésima colostomía y la pérdida de dos años de mi vida en los que un día sí y el otro también, me citó para corregir sus errores…El corrupto “médico” finalmente no supo como resolver su entuerto y tuvo que admitirlo: “En 15 días se me han muerto tres pacientes a las que les hice la operación que necesitas; la verdad es que no sé cómo hacerla y no sé que más decirte. Tendrás que quedarte así hasta que mueras, que espero que sea pronto, para que no sufras tanto”…Ya se imaginarán mi cara de ¿qué le pasa a este pendejo?, cuando me dijo lo anterior, aunque de inmediato reculó y me pidió cien mil pesos para corregir sus errores…Rafael Alarcón Calderón, que entonces era jefe de Cirugía en el Hospital General, me dijo con toda la tranquilidad del mundo: “Necesito que tú también me ayudes. Consigue unos cien mil pesos y te reconecto el intestino. Así por lo menos si te mueres, me quito la depresión con ese dinerito”…¡Aunque usted no lo crea!..El caso es que fueron semanas las que yo permanecí internada por las malas prácticas del tipejo ese, y ahí, dentro, pude darme cuenta de la enorme corrupción imperante…Recuerdo a una “secretaria” de la Dirección General que llegaba pasando el mediodía. Súper maquillada; tacones enormes y conduciendo un Audi último modelo…Un día intrigada le pregunté por su salario, y me comentó que ganaba 75 mil pesos al mes…Dijo que su mamá era muy amiga del entonces gobernador y que gracias a ello solo iba a su “lugar de trabajo” unos cuantos minutos al día, para justificar ese jugoso y abundante sueldo…La jefa de la cocina igual era recomendada, no sabía ni padres de nutrición, pero su papá era también íntimo de Aguirre y le pagaban no 75, pero si 85 mil pesos al mes; ni que decir del jefe del Almacén, que negociaba y traficaba con los medicamentos como mejor le parecía; surtía los consultorios privados de varios, muchos especialistas y “ayudaba” a que nunca hubiera ninguna medicina en la farmacia del hospital, ni el socorrido paracetamol, mucho menos ácido acetilsalisílico. Nada, ni gasas ni un curita, nada, todo se “acababa” al día siguiente de que el nosocomio había sido abastecido…¿Y qué me dicen de todos los hijos de los médicos y enfermeras que hasta la fecha cobran cientos de miles sin hacer absolutamente nada?..No dudo que lo que ocurre en el Hospital General sea una práctica común en muchas dependencias gubernamentales, así que no crean que me paso de tonteja e ingenua. No, para nada, sólo quiero que todos los empleados del hospital, de todos los niveles, hasta las ineficientes y poco profesionales enfermeras del turno de la noche, que organizan ruidosas fiestas, sin importarles los enfermos, hagan un acto de contricción y reconozcan que los yerros, fallas y deficiencias, no siempre son culpa del gobierno…Que las señoras y señores doctores recomendados, hijos de famosos periodistas y funcionarios admitan que cobran sin trabajar y reconozcan que han contribuido, y con mucho, al quebranto del Hospital General…Entiendo perfectamente que sería harto difícil, en extremo, subsanar tan complejos escollos…Lo sé y por eso reconozco al doctor Engels Rodríguez, notable, justo y excelente cardiólogo, que fue quien durante la semana anterior, destapó la cloaca en que se ha convertido el Hospital General y pidió abiertamente el apoyo del gobernador Héctor Astudillo para rescatar a la institución…Todas, absolutamente todas las quejas y demandas del especialista son justas y necesarias. Aunque no estaría mal que le abrieran un poco los ojos al director del mismo, a su dirigenta sindical que por andar buscando otro salario, o cargo, como se le quiera llamar, se ha desentendido de las necesidades de sus agremiados…Beatriz Vélez debe poner un alto -aunque sea un ratito- a su ambición desmedida y al igual que el secretario de Salud, Carlos de la Peña Pintos, deben ayudarle al gobernador; ponerse a trabajar y tratar de llevar un poquito de orden al Hospital. Segurísima estoy, y muchos me darán la razón, de que no es necesario que las amasias, parientes y amigos de los incondicionales de Angel Aguirre, sigan cobrando exhorbitantes salarios por no hacer nada. Venga la depuración y que permanezcan los que realmente trabajan; que se les aumenten los salarios a los que lo merecen, pero que se vayan todos los sinvergüenzas y corruptos que de nada sirven…Ah, gracias a mi queridísimo amigo el vaguito, Alías Rogelio Agustín Esteban, por permitirme y auspiciar éstos exabruptos. Gracias. Au Revoir queridines, hasta la próxima. Abrazos, besos y mentadas en alejandritaortizochoa@gmail.com

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