lunes, 14 de mayo de 2018

Opinión.

Carlos Ferreyra Carrasco. 


No me gusta el humor de Eugenio Derbez. Me parece un sujeto simplón, repleto de obviedades y sin mayor gracia.
Pero sucede qué hay mucha gente que lo adora. Y estoy de acuerdo con esas personas, como lo estoy cuando Derbez manifiesta su opinión nada favorable a don Peje.
Este meme o como se llame, publicado por todas las redes habidas y por haber, me parece injusto. Cada quien en su nicho y si vamos a degradar porque alguien no nos gusta o antipatizamos con su opinión, déjenme platicarles un bonito cuento que a lo mejor es historia de la vida real:
Tras su viaje al infinito y más allá, nuestro preclaro astronauta que no astroneutle, debió someterse a un tratamiento para recobrar el uso de los dedos de las manos.
Se dice que durante todo el viaje astral, sus compañeros cada vez que el mexicano tocaba algo, le daban un fuerte manazo y le ordenaban que no tocara nada.
Así, con esa mala leche recibimos al viajero espacial, la misma que se usa para denostar y boicotear a un hombre que se gana la vida, muy bien, gracias a su ingenio.
Y con la misma carencia de abuela, pedimos que se retire el Nobel a Vargas Llosa cuyas posiciones políticas son tontas, en mi opinión, claro, pero exagerar haciendo la solicitud del retiro vía Change y otras plataformas ladillas, me parece que estamos perdiendo, en general, la capacidad de entendimiento

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