De memoria

Sin duda, las elecciones más sucias en la historia moderna de México.

Avisos mortales...

Carlos Ferreyra Carrasco. 

Resulta incómoda la coincidencia. Y más que eso, preocupante: a los aspirantes de oposición sólo podrán detenerlos asesinándolos según la premonición, la advertencia de Diego Fernández de Ceballos y de Porfirio Muñoz Ledo y Lazo de la Vega.

El abogado expresó su opinión después de echar algunas mentadas de madre y de manifestar serias dudas sobre la virtud de las progenitoras de los funcionarios de la PGR, que permitieron mostrar la grabación de Ricardo Anaya en su visita a la Siedo donde dejó un papel relativo a las acusaciones en su contra sin permitir preguntas.

Indignado como estaba, aparentemente el Jefe Diego dijo a los periodistas presentes que si quieren detener al candidato azul, sólo podrán hacerlo matándolo.

Antes, Muñoz Ledo al mencionar la buena marcha de Andrés Manuel López Obrador y su ventaja en la intención del voto, que para impedir que el tabasqueño sea el futuro presidente de México tendrían que asesinarlo.

En las redes y entre los inútiles que carecen de ideas, varias semanas consecutivas dedicaron sus comentarios y sus gráficas a exigir la aparición de otro Mario Aburto. La eterna coincidencia, todos pidiendo que ese revólver “justiciero” corte la errática marcha de José A. Meade rumbo a Palacio Nacional.

En todos los casos prevalece el recuerdo de Lomas Taurinas donde la mano del asesino solitario, Mario Aburto, cercenó las ilusiones de aquellos que vieron en su mensaje un rompimiento con su jefe, amigo e impulsor de su carrera política, Carlos Salinas de Gortari, y con un sistema de gobierno injusto que desampara a las mayorías, los marginados.

Nadie observó que Luis Donaldo, como encargado del combate a la pobreza, fue parte del sistema que aumentó los índices relativos así que deberíamos asumir que su discurso fue una sencilla puesta en escena, necesaria para aumentar sus posibilidades en la elección presidencial, cuando se afirmaba que no repuntaba.

Como ahora, había la casi certeza de que el candidato tricolor iba a perder y confirme a la idiosincrasia nacional, “a grandes males, grandes remedios”.

Tres candidatos y tres posibles víctimas de las conveniencias de quienes detentan el poder, no necesariamente el gobierno. Se suma un nombre más a los suspirantes, Margarita Zavala, aunque con la incógnita de cuál será su participación real, hasta dónde alcanzará a captar el voto ciudadano.

Para contribuir con plena inconsciencia a fomentar desorden y misterios, el Instituto Electoral emite una declaración validando las firmas necesarias para el registro en la boleta comicial para la señora, mientras aclara que descontados los registros digamos “balines” de El Bronco y del Jaguar, quedan fuera de la competencia.

El Bronco había vociferado sus trampas para conseguir apoyos, pero haciéndose el simpático las calificó como bromas y travesuras. El guerrerense se reservó lo más que pudo pero finalmente cayó por las mismas razones.